¿Será tu próxima campaña obra de una IA? Lo que debes saber sobre Infinite Creative de Meta

Qué es Infinite Creative de Meta y cuáles son sus principales riesgos

Meta ha vuelto a mover ficha. Y esta vez, lo ha hecho apuntando directo al corazón del marketing tal y como lo conocemos.

Mark Zuckerberg ha anunciado Infinite Creative, una propuesta que plantea automatizar todo el proceso publicitario con inteligencia artificial.

¿La novedad? Ya no hablamos solo de optimizar pujas o segmentaciones. Hablamos de sustituir al equipo entero: creativos, planners, media buyers, analistas… todos.

Sí, Meta quiere que tu próxima campaña la haga una IA. Su IA.

¿Qué es Infinite Creative, la nueva propuesta de Meta?

Infinite Creative es el nombre fancy con el que Mark Zuckerberg se ha referido a un sistema de publicidad 100% automatizada.

Suena a skin épica de videojuego, pero no: es una máquina de generar campañas sin intervención humana.

El funcionamiento es tan simple como potente (y un poco inquietante): eliges tu objetivo de negocio, conectas tu cuenta bancaria, y Meta se encarga del resto. Creatividades, segmentación, testeo, optimización y reporting. Todo.

Promete resultados a escala nunca vista. Pero también supone dejar fuera del proceso aspectos clave como el pensamiento estratégico, el tono de tu marca o los matices creativos. En resumen: bienvenidos al modo automático del marketing.

El plan de Meta: un cambio de paradigma en el marketing digital

Lo que Meta está planteando no es solo una evolución, es una desintermediación radical del ecosistema publicitario.

Su propuesta de IA end-to-end ―donde la inteligencia artificial se encarga de todo el proceso, desde el creativo hasta la distribución y optimización― es un torpedo a la línea de flotación de agencias, freelances, y equipos in-house.

No porque sea “el futuro” inevitable, sino porque Meta está cambiando las reglas del juego… para jugar solo.

Tres riesgos clave de Infinite Creative para marcas y profesionales

Antes de dejarnos llevar por las promesas de eficiencia y escala, conviene mirar de cerca lo que implica entregar todo el proceso publicitario a una IA.

Porque lo que Meta está planteando no es solo una mejora tecnológica, es un cambio de modelo. Y como en todo cambio de modelo, hay riesgos que conviene tener muy presentes.

Estos son tres de los más importantes.

1. Meta gana más poder que nunca

Con esta jugada, Meta se convierte no solo en el medio, sino en el creador, estratega y juez de tus campañas. Si decides confiarle todo tu presupuesto publicitario, estás entregando también el control del mensaje, la medición de resultados y la narrativa.

¿El problema? Que no hay auditorías externas, ni visibilidad real del rendimiento fuera de su entorno. Todo ocurre dentro de su jardín vallado. Cómodo, sí. Pero también peligroso.

2. Creatividad… ¿a granel?

Infinite Creative promete una “creatividad infinita”, pero lo que realmente ofrece es volumen. Mucho volumen. Sin criterio, sin dirección de arte, sin narrativa de marca.

Cuando todo se reduce a elegir un objetivo y dar clic, lo que se pierde es lo que realmente diferencia a una marca: su tono, su coherencia visual, su mirada única. El resultado es un performance genérico, escalado, pero vacío.

Una herramienta útil, pero no para todos

Para negocios pequeños sin equipo ni recursos, esta solución puede parecer oro líquido. Y lo es, en ciertos casos.

Pero para cualquier marca que quiera construir valor a largo plazo, esta automatización es insuficiente. Porque, al menos por ahora, la IA de Meta no entiende el contexto cultural ni tiene sensibilidad narrativa. No piensa. Solo optimiza.

¿Y qué hacemos con todo esto?

Aceptar que el panorama cambia no significa quedarnos de brazos cruzados. Si Infinite Creative plantea un reto, también abre una oportunidad: redefinir dónde aportamos más valor como profesionales. No se trata de competir con la IA en lo que hace mejor, sino de reforzar todo aquello que aún necesita pensamiento humano. Aquí van tres formas de empezar a hacerlo.

1. Apostar por lo que la IA no puede hacer

Las agencias y profesionales independientes deben dejar de competir con la IA en volumen, y empezar a competir en pensamiento: insights, posicionamiento, tono, contexto. Lo que Meta no puede clonar.

2. Crear contenido fuera del ecosistema de Meta

Si todo pasa por Meta, la casa no es tuya: estás de alquiler. Y el casero cambia las normas cuando quiere.

Por eso, invertir en comunidad, medios propios y canales directos no es solo recomendable: es urgente. Si mañana cambia el algoritmo, que no te pille sin alternativas.

3. Exigir transparencia y estándares abiertos

¿Meta se encarga de todo y también mide si lo ha hecho bien? Suena práctico. También suena a que necesitamos una segunda opinión.

Exigir métricas auditables, transparencia real y estándares comunes no es una paranoia: es higiene digital básica. La confianza ciega es un lujo que el marketing no puede permitirse.

Pensar sigue siendo nuestro superpoder

Esto no va solo de una nueva herramienta. Va de un cambio profundo en cómo se entienden —y ejecutan— las campañas. Pero pensar, analizar, cuestionar… sigue siendo lo que nos diferencia de los algoritmos.

Así que antes de entregarle todo a la automatización, hagamos una pausa. Porque si dejamos de hacernos preguntas, la respuesta siempre será la que más le convenga a Meta. Pero si seguimos pensando, seguimos jugando. Y ahí aún tenemos mucho que decir.

Por Leticia Calvo

Estudié Comunicación Audiovisual, aunque poco después de acabar la carrera me di cuenta de que lo mío era el mundo del marketing. Me pirra una buena estrategia de contenido, pero también me encanta la fotografía, los podcast y todo lo que tiene que ver con el mundo de la Inteligencia Artificial Generativa.